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JUEVES 16 de Diciembre de 2004 – ENVIAR POR E-MAIL

Cumbre de la Unión Europea en Bruselas
El ingreso de Turquía provoca una fuerte división en la UE

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Debatirán hoy las condiciones para la adhesión del primer socio musulmán

* Francia, Austria, Chipre y Dinamarca se muestran renuentes
* Gran Bretaña, Alemania, Italia y España creen que es esencial
* Ankara, desafiante

BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) enfrenta hoy en Bruselas una de sus más
duras pruebas en una cumbre de dos días en la que deberá adoptar la
histórica decisión de abrir negociaciones con Turquía, el primer país
musulmán que podría sumarse al bloque y cuya incorporación abre
profundas divisiones.

Horas antes del crucial pronunciamiento, el Parlamento Europeo dio ayer
su visto bueno para que “los 25” -el nuevo número de socios de la Europa
ampliada este año- comiencen las negociaciones con Ankara para su
adhesión plena a la UE, un proceso extenso que se prevé culminará no
antes de 2014.

Holanda, en la presidencia temporaria de la UE, buscará dar a cada
Estado la posibilidad de evitar una oleada de inmigrantes desde Turquía;
en tanto, existe consenso para exigir al país árabe mayores reformas
económicas, políticas y militares.

A pocas horas de la votación sobre las condiciones del ingreso, las
profundas divisiones aparecieron, una vez más, en una Europa que a
medida que se extiende encuentra mayores dificultades para mantener la
cohesión política.

Tras su ampliación hacia el Este y la incorporación de 10 nuevos Estados
este año, los próximos pasos generan mayor controversia. Por un lado, la
posibilidad de un futuro ingreso de Turquía es vista, especialmente por
Gran Bretaña, Alemania, España e Italia, como una ocasión única para
tender puentes hacia el mundo musulmán y mejorar las relaciones dañadas
por la guerra antiterrorista.

Sin embargo, otro grupo de países lideran una férrea oposición a que
Turquía se sume a la Unión Europea por el tamaño de su territorio, por
sus diferencias culturales y por la pobreza que lo afecta. Francia,
Austria, Chipre y Dinamarca consideran que la incorporación turca es
inviable y plantean, en cambio, la alternativa de una “colaboración
privilegiada” con Ankara.

Turquía, un país musulmán de 70 millones de habitantes, ha esperado
durante 40 años la oportunidad de ingresar a la UE. Sin embargo, el
primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó ayer con retirar la
candidatura de su país a la UE -que fue aceptada sólo en 1999- si los
dirigentes europeos “imponen condiciones inaceptables”.

La fecha, el objetivo y el carácter de las negociaciones, que la UE
parece dispuesta a entablar con Turquía, son los tres parámetros que
todavía faltan decidir en las conclusiones de la cumbre de dos días que
comienza hoy.

A esos temas clave se añadió a última hora la exigencia greco-chipriota
de que Ankara reconozca previamente a la República de Chipre. La isla
está dividida desde la invasión turca de 1974, y sólo la parte sur se
convirtió en miembro pleno de la UE el pasado 1° de mayo.

Francia, por su parte, exige que Turquía reconozca su responsabilidad en
el genocidio armenio a principios del siglo pasado como condición para
apoyar su ingreso al bloque comunitario. Con reacciones muy dispares en
cada país ante la posibilidad del ingreso de un socio musulmán, en
Francia, una encuesta difundida ayer reflejó que el 67% de la población
está en contra de la adhesión turca. Una realidad totalmente distinta de
la que se vive en España, donde existe total indiferencia ante el
asunto.

Pese a todo, después de que la Comisión Europea recomendara el pasado 6
de octubre la apertura de las negociaciones -aunque bajo duras
condiciones- y de que el Parlamento Europeo votara ayer a favor de lo
mismo, nadie duda de que los líderes europeos terminarán dando esta vez
una respuesta positiva a Turquía.

Fuentes comunitarias señalan que en las conclusiones que se esperan en
Bruselas, los 25 recordarán que Turquía es “un país-candidato llamado a
ingresar en la Unión atendiendo a los mismos criterios que se aplican a
los demás estados candidatos”. Sin embargo, por primera vez, a
diferencia de lo ocurrido en las cinco ampliaciones anteriores, se
planteará que la apertura de cada capítulo de negociación no será
automática. Además, “podrían plantearse períodos transitorios
prolongados, excepciones, disposiciones específicas o cláusulas de
salvaguardia permanentes”.

En ese sentido, la UE advertirá que las negociaciones podrán quedar
suspendidas en caso de que el Estado candidato “viole de manera grave y
persistente los principios de libertad, democracia, respeto de los
derechos humanos y del Estado de Derecho en los que se basa la Unión”.

Agencias EFE, Reuters y AFP

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